sábado, 24 de abril de 2010

Coveniencia

Hoy quiero jugar a que soy una niña, de unos 5 años. Puedo pretender que te beso con inocencia, que mis caricias en tu pelo son sólo una distracción, y abrazarme a vos con brazos y piernas sin tener que darle explicaciones a nadie. Te dejaría abotonar mi camisa, sentir tu aliento frío en mis tibios labios, y permitir que me cargaras con un brazo muuy abajo de mi espalda. Aunque me convendría sentir que hemos crecido un poco más, que tengo plena libertad de seguir dejándote hacer con mi pelo y mi lengua lo que se te antoje, sonreir cuando metés una mano dentro de mi camisa y "tratar" instintivamente de cerrar las piernas, sin rendirle cuentas a nadie... Pero es imposible. Creo que mejor enviaré a los prejuicios a la época en que tenían cinco años y a mis deshinibiciones sumarle unas cuantas decadas más... O mejor aún, volverme amiga cercana de la conveniencia, que nunca me da buenos consejos, mientras trato que dejés de ser vos mismo y me mirés como si tuviera en realidad esos 5 años... Es como estar entre la espada y la pared, queriendo que las dos cosas vengan de vos, al mismo tiempo...

 
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